Que siga
creciendo la
esperanza


LA LEPRA ES UNA ENFERMEDAD CURABLE

Una simple combinación de antibióticos basta para tratar la enfermedad.
 
Sin embargo, al contrario que otras enfermedades, uno de los principales problemas a los que se enfrentan las personas afectadas por la lepra es el estigma social que provoca la enfermedad y que, en muchos casos, tiene un efecto más nocivo para el que lo sufre que los propios síntomas de la misma.
 
La lepra continúa siendo un problema de salud pública en varios países, como: Costa de Marfil, Ghana y Benín, con más de 1.000 casos al año.
 
Contigo podemos seguir dando acceso a tratamiento y mejorar la prevención de discapacidades generadas por la enfermedad.
 
Ayúdanos a escribir más páginas de esperanza para acabar con la lepra.
 
 
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EL TRABAJO DE ANESVAD

Nuestros proyectos para eliminar la lepra en África abordan la enfermedad de manera integral, actuando en sus diferentes etapas de desarrollo:

  • DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO PRECOZ
    minimizando el peligro de discapacidades y mejorando la prevención.
  • ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN
    para que las personas afectadas no sean apartadas socialmente.
  • INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN
    para dar con las soluciones y tratamientos más adecuados y efectivos.

Ojalá todas las historias tuvieran un final feliz

James y el árbol de la vida

“Un día mi hermano mayor me condujo por la selva varios kilómetros, lejos de casa. Yo no sabía por qué, hasta que llegamos a un hospital. Allí la gente tenía unas manos muy raras, en forma de garra. Poco después comprendí que aquel lugar estaba especializado en la enfermedad que yo mismo sufría, la lepra.

Vi a mi hermano hablar con las enfermeras y, al cabo de un rato, desaparecer dejándome solo.

Yo tenía 10 años, al perderle de vista sentí mucho miedo y mis ojos se inundaron de lágrimas. No recuerdo el tiempo que estuve llorando.

Los más mayores del hospital me enseñaron que no tenía nada que temer, que el personal me cuidaría y que aprendería a leer y a escribir. Estábamos aislados, como una cárcel, pero éramos como una gran familia. Estar juntos era el motivo que nos empujaba a seguir adelante.

Cuando me curé, aquel encierro terminó y pude volver a casa. Pero antes planté esta palmera como símbolo de esperanza y agradecimiento de mi nueva vida.”

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PARA QUE MÁS VIDAS COMO JAMES TENGAN ESPERANZA FRENTE A LA LEPRA

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